Dentro de esa lugar en tu mundo muy pequeño, no te puedas mover, ni te puedas girar, no hubo lugar. Sentiste muy limitado tus ganas de estirar.
"¿Donde estoy? ¿Me pueden ayudar?"
Escuchabas voces de cariño para alguien con nombre elegido. Abrias los ojos y no ves nada más que colores rojos adentro. Volviste a cerrar los ojos, esperando escucharlos una vez más. Aunque no estás seguro, algo te decía que hablaban de vos.
"¿De quienes serían esas voces?"
Siempre te preguntabas.
"Estoy acá y los quiero tambien."
Asi les gritabas.
"¿Están hablando de mi, verdad?"
Les decías a veces.
"¡Qué pena que no me pueden escuchar!"
Con ansiedad, esperaban el momento más deseado por ti y puede ser de las voces que escuchabas de aquellos afuera.
El día llegó cuando sentías que ya no puedes esperar más. Querías salir ya de tu mundo chiquito y pasar por el otro lado.
Ya querías irte por donde venían las voces de aquellos con palabras cariñosas hablando a un tal desconocido.
Ya querías conocer la dueña de la mano que te acariciaba, especialmente cuando decía que no la dejabas dormir.
Cuando llegó el momento de la llamada gran dia, sentiste la gana de patear y derribar la puerta cerrada. Sentiste el miedo de conocer un mundo desconocido. Pero tu deseo de salir era más fuerte que nunca.
Escuchaste más voces con tonos alarmantes. Te diste cuenta que en el mundo afuera, eran más que una. Escuchaste la voz de ella de nuevo y con cariño te habla.
"Ayudame con esto. Hacemoslo juntos, mi amor."
"Mi amor!"
Escuchaste y te conmoviste con esas palabras. No sabes porque, pero sentiste confianza con esa voz de ella.
"Ya voy!"
Contestaste con todas las ganas y fuerzas. No sabes como, pero empujaste tu pie izquierdo hacia afuera.
"Derrumbi la puerta!"
Así lo celebraste. Empujaste tu pie derecho y sentiste manos agarrandote. Poco a poco, sentiste que ya estas saliendo de tu mundo. Finalmente, lograste pasar tu cabeza de esa puerta pequeña.
Sentiste demasiado espacio en el mundo afuera.
¡Qué miedo deberías haber sentido y con toda la razón!
Preguntabas a todos.
"¿Dondé esta voz que me hablaba?"
Sentiste una palmada y entonces lloraste.
Cuando las manos que te tenia terminó de limpiarte, pasaste a un par de manos que te dieron tranquilidad. Abriste los ojos, la miraste fijamente con alegría.
"Gracias mi amor. Lo logramos juntos."
Escuchaste de nuevo esa voz familiar.
"Era vos?"
La querías preguntar con toda curiosidad.
Escuchaste una voz hablando con felicidad.
"¡Que lindo bebé, madre!"
Abriste los ojos una y otra vez.
"¿Madre? Asi te llamas?"
La mirabas con sonrisa y admiración.
Tu madre orgullosa respondió.
"Es verdad. El es hermoso."
Entonces, mi amor, espero que te guste este cuento de amor. Tu vida después será otra historia con todos sus colores. Llena de contenidos según cómo lo vives y describes ahora.
Mi amor, aca termina mi parte de tu historia.
Soy yo, la dueña de la voz que te ama y llamabas.
"Mi Mamá."
(c)bbayonito20/bethbciar
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